Desmadre: andanzas veterinarias

Breve relato gráfico de una noche movida. No me gusta el resultado pero creo que transmite de forma resumida la dureza de los ganaderos, ya van quedando pocos sitios del rural en los que hay familias que tienen una o dos vacas, pero hace años era muy común que los vecinos ayudasen en el parto. Cuando yo me volvía a dormir para casa, los dueños todavía quedaban en vigilia para asegurarse de que la vaca se recuperaba bien y atendía a la cría, más aún en este caso que tenían que estar pendientes de cuando la vaca se "librase" ( es decir, lograse expulsar la placenta o "las parias" como le llamamos aquí) Ahora sólo atiendo partos de animales de compañía, y recuerdo aquellos años como una experiencia dura por las condiciones en las que se trabajaba, a veces desagradable (crias y madres que mueren) y otras muy vital, esa mirada de satisfacción cuando todo salía bien, no tiene precio.